
A Galicia pertenecen el archipiélago de las islas Cíes (formado por la isla del Faro, isla de Monteagudo y la isla de San Martiño), el archipiélago de Ons (formado por la isla de Ons y la de Onza), el archipiélago de Sálvora (formado por las islas de Sálvora, isla de Vionta y Sagres), así como otras islas como Cortegada, Arosa, las Sisargas, o Malveiras; la mayor parte de las cuales pertenecen al Parque nacional de las Islas Atlánticas.
El himno de Galicia se refiere a Galicia como nación de Breogán. El Estatuto de autonomía, en su artículo primero, define a Galicia como una nacionalidad histórica.
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En la Antigüedad los griegos la llamaban kaleikói (καλλαικoι), que era el nombre con que sus habitantes se conocían a sí mismos. El topónimo procede de la denominación de los pobladores celtas que arribaron en dos oleadas sucesivas, la primera en torno al 1800 adC y la segunda en torno al siglo IV adC (celtas de Hallstat). El topónimo evolucionó a Gallaecia bajo la administración romana. En la época medieval se constituyó como
reino independiente, con el nombre de Reyno de Galicia formando parte posteriormente del Reino de León, aunque mantuvo su carácter formal de reino (Reyno de Galicia) el territorio de la actual comunidad autónoma hasta la división territorial de 1833, momento en el cual se crearon las actuales provincias gallegas, y desaparecieron formalmente los antiguos reinos. En el período transicional entre la Edad Antigua y la Edad Media la Galicia fue llamada ocasionalmente Suevia debido a que en este territorio fue el centro en el cual se establecieron las etnias invasoras de los germanos suevos ( o suavos).
El topónimo «Galiza»

El topónimo «Galiza»
El término Galiza es un topónimo histórico usado en la Edad Media en gallego. Sin embargo cayó en desuso en favor de Galicia (el cual se ha mantenido como el topónimo oficial), el más habitual tanto en gallego como en castellano, tal como recoge el Estatuto de autonomía de Galicia) hasta que en el siglo XX fue recuperado por el nacionalismo gallego (en la actualidad, Galiza es el topónimo usado habitualmente por el Bloque Nacionalista Galego y el único que aparece en su propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía). Galiza es también el topónimo único para Galicia para los reintegracionistas, una corriente lingüística e ideológica minoritaria.
Tras la aprobación por parte de la Real Academia Gallega de la normativa de la concordia en 2003, Galiza fue aceptado también como un topónimo en gallego. Existen posturas que defienden que Galiza es también un topónimo oficial, ya que dado que la Ley de Normalización Lingüística gallega establece que los topónimos oficiales serán los topónimos en gallego, y que Galiza ha sido reconocida como topónimo correcto en gallego, es ya de hecho un topónimo oficial, al mismo nivel que Galicia. Sin embargo, las denominaciones de las comunidades autónomas no se definen mediante leyes de rango autonómico, sino mediante leyes orgánicas (los estatutos de autonomía), que deben ser aprobadas por las Cortes Generales españolas (la Constitución española determina, en su artículo 147.2, que «Los Estatutos de autonomía deberán contener ... la denominación de la Comunidad que mejor corresponda a su identidad histórica»), por lo que, en tanto que no se reforme el Estatuto de Autonomía de Galicia y éste incluya explícitamente esta denominación, el topónimo Galiza no designa oficialmente a la comunidad autónoma de Galicia, en ningún idioma (adicionalmente, el propio texto de la reforma normativa establece una distinción entre ambos topónimos, aludiendo únicamente como oficial a Galicia: «Se mantiene Galicia como voz legítima gallega, denominación oficial del país y forma mayori
taria en la expresión oral y escrita moderna. Galiza se considera también una forma legítimamente gallega, ampliamente documentada en la época medieval, que fue recuperada en el gallego contemporáneo»).

Los dos idiomas oficiales de Galicia son el gallego y el castellano. El gallego es reconocido como lengua propia de Galicia en su estatuto. El gallego tiene con el portugués un tronco común (galaico-portugués) y mantiene viva una tradición de elementos celtas.
Un movimiento lingüístico minoritario (el reintegracionismo) sostiene que el gallego y el portugués sólo son diferentes variedades del mismo idioma gallego-luso-brasileño y que la actual separación de la normativa portuguesa y la normativa oficial gallega sólo se debe a la castellanización normativa del gallego (única variedad galaicoportuguesa con ortografía semejante a la del castellano). Otro argumento a favor de ello es el hecho de que, según muchos lingüistas, la diferencia entre el gallego y el portugués es aproximadamente la misma que separa las dos variedades del neerlandés: holandés y flamenco (que incluso comparten la ortografía).
Recientemente se ha hallado el documento más antiguo escrito en gallego que se conserva, el cual data del año 1228, se trata del “Foro do bo burgo do Castro Caldelas” otorgado por Alfonso IX en abril de dicho año a la villa orensana de Allariz.
Con el paso de los años su uso ha decaído en las zonas urbanas por la influencia del castellano. Aun así, es capaz de hablar gallego más de un 90% de la población. Es el idioma porcentualmente más hablado de entre los propios de las nacionalidades históricas de España. Actualmente gracias a la Ley de Normalización Lingüística (Ley 3/1983, de 15 de junio), el uso del gallego ha aumentado considerablemente en la población como lengua más usada debido a su necesidad en cada vez mas campos de la educación y del trabajo en la comunidad autónoma.
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